Hoy no tengo ganas de hablar de mujeres, así que esta nota estará plagada de subjetividades en contra de las mismas.
No hay bicho más repugnantemente jodido que la mujer. Todos nosotros, con excepción de los de probeta, venimos de una mujer, que durante 9 meses nos sofocó en un globo de meo, ácidos y amnesias, como un pez mensajero de las desgracias de la realidad. Así que todos salimos por un tubito orgánico, sí, yo también, porque si bien mi mamá puso un kinder sorpresa en el que venía yo adentro, ese huevito salió del hoyito de mi mamá.
La cosa es que la mujer es un rejunte de hormonas neuróticas preparadas para hacer de su entorno un ejército de esclavos a disposición de sus caprichos.
Yo divido a las mujeres en 4 categorías: 1) María; 2) Magdalena; 3) Hay una sola y 4) Es lo que hay.
Antes de desplegar la alfombra de las explicaciones y entrar en detalles, vamos a aclarar un par de puntos, y acá entran en la misma bolsa tanto hombres como mujeres: nadie está “por estar” con nadie, digamos que ese “mientras tanto” o “por las dudas”, es una careta psicológica para no hacerse cargo de algo, no sé qué, pero algo que cada uno llevará a terapia en su debido momento. Las caretas caen por su propio peso. Nunca crean en las palabras, chicos, no sean pelotudos, hay que sentarse a observar, y esto es una ley natural que viene del Imperio Mongol: hay que observar!
1) María: hasta me la imagino rubia y pálida, tan simple parece esta muchacha, tan básica, y en verdad, es una categoría de mujer que encierra subcategorías, es decir: que además de ser una soñadora que lo único que aspira en la vida es que le llenen la casa de pibes para no tener que laburar, engrosar kilasos de más y saberse los culebrones de memoria; también es cierto que puede tener el deseo de la maternidad conformada en el halo armónico de un matrimonio estándar, y que ejerza principios feministas tales como el deseo de trabajar para tener su propio dinero y poder comprarse la Para Ti sin pedirle plata al marido.
2) Magdalena: se bomb total, no sé si es tan linda como se cree pero tiene una cara de puta que se parte; siempre dispuesta, tan resuelta, independiente por naturaleza, muy copada, pero por dios, cómo le gusta la pija, y no sólo la mía sino la de todos, y eso, en el momento de buscar un poquito más que “sepso”, te hace pensar que no tenes que dudar tanto. También encierra una subcategoría bastante interesante, esta puta puede ser una puta reservada, reservada sólo a tu cariño y contención, y eso es maravilloso. La contra de estas minas es que seguramente no quieren saber nada con tener hijos, y si vos sos el único hijo varón de una estirpe que te confió la continuidad del apellido, cagaste. La Magdalena tiene mucho ego y es escurridiza, o sea, si sos inseguro, con esta mina estás muerto. Pero si no querés tener hijos y gritás más fuerte que ella, va todo bárbaro. Igual, ojo, que la pija no le va a dejar de gustar nunca.
3) Hay una sola: mi mamá, sin vueltas, pero chicos, no sean pelotudos, si la mina con la que salen es igualita a mamá, estamos en problemas, salvo que tengan en claro que para que la realidad no los frustrara demasiado, el yo edípico debió elegir a esa chica para fantasear que están con mamá en la cama. Es morboso, pero qué lindo que me tenga como a un bebé y encima me la garcho.
4) Es lo que hay: muchos tipos con autoestima baja o síndrome de testículo reducido, no tienen otra que agarrar lo primero que ven cuando ya no queda nadie. No es la mujer con la soñaron alguna vez, no tiene demasiados atributos ni es lo que crees merecer, pero al menos no rompe las pelotas porque, por lo general, vos para ella también sos lo que hay. Se genera una amistad llevadera, la vida será embolante y sorpresas pero riesgos no vas a correr.
No tengo ganas de hablar más de las mujeres, por hoy, pero si sos el que encontró la subcategoría 1 y la subcategoría 2 con un componente de la categoría 3, es porque sos un capo. La cuarta deja mucho que desear, pero si es lo único que hay, estás perdonado, nadie tiene la culpa de ser un miserable.